¡Auxilio! Como emocionalmente
Jul 14, 2023Ayer llegue a casa más temprano de lo usual y vivo sola, por lo que no había mucho que hacer. Tenía hambre así que cené, me puse a ver unos videos y de pronto empecé a pensar en unas rosquillas que tenía guardadas. "Mmm sería bueno comerlas", después de dar un tiempo y distraerme un poco terminé comiéndolas. Sé que no tenía hambre, lo que estaba era aburrida y yo lo sabía. Aún así, me di permiso de hacerlo, las comí y seguí mi noche.
¡Qué común es encontrarme a mis pacientes luchando en contra de la alimentación emocional! Sintiéndose derrotados ante el chocolate cada vez que hay un momento de tristeza o sufriendo porque se rinden hacia diferentes tipos de snacks cuando están estresados. Hoy quiero que cambiemos la mirada con respecto a comer emocionalmente, porque la verdad es, ¡que a todos nos pasa! Comer emocionalmente es parte de ser un humano.
Cuando comemos hay dos áreas de nuestro cerebro que se involucran. Una es la parte que se encarga del equilibrio de energía y otra tiene que ver con la parte del placer y el disfrute. Comer ciertos alimentos va a despertar una sensación placentera que nos hará sentir mejor momentáneamente y eso ¡no está mal! Sin embargo si lo que observamos es que nuestro único medio para relacionarnos con nuestras emociones es comiendo, eso nos está dando una señal de que hay algo en lo que tenemos que trabajar. Tal vez en ¿darnos permiso de sentir? ¿darnos permiso de hablar? ¿aprender a conectar con nuestras emociones? Habría que ver cada caso individual, ahí es donde mis amigos psicólogos son los expertos.
Así que te invito a empezar a relacionarte con el hambre emocional desde las siguientes ideas:
1. No es mala, es normal, es parte de la vida.
2. Observala sin juicio pero con mucha curiosidad cuando aparece. Preguntate ¿qué siento? ¿qué necesito? y decidí si irte a comer o relacionarte con esa emoción desde otro lugar.
3. Si al final decidís comer, hacelo de forma consciente. Separá un tiempo para hacerlo, poniendo atención a tus sentidos y a tu corazón.
4. Si la culpa aparece después de haber comido observarla, va a ser normal que ahí esté si has vivido en un mundo de dietas. Con actividades distractorias distanciate de ella y seguí con tus actividades diarias.
Si querés aprender más del hambre emocional contactame, me encantaría acompañarte en tu proceso.
Dra. Marianela Ibarra L
Nutricionista, especialista abordaje no dieta y máster en TCA
Iniciar un proceso para mejorar tu relación con la comida ¡vale la pena! Te aseguro que verás mejorar tu bienestar físico y mental.