¿Sentís que te comés todo y no podés parar? Hablemos de eso

"¡Me porto super bien durante el día, cumplo mi dieta perfecto. Pero en la tarde/noche es como que me estriparan un botón y no puedo parar de comer. Qué desesperante, no sé qué me pasa!" Esto es una historia bastante usual de escuchar en consulta, así como el malestar emocional que un episodio como este trae. Culpa, incomodidad física, un discurso interno de "por qué otra vez", "¡ya no lo voy a volver a hacer!" son parte de lo que acompaña estos episodios. 

La sensación de descontrol a la hora de comer puede verse relacionada muchas veces con falta de fuerza de voluntad. Ese fue mi caso personal por ejemplo, pero esa historia otro día te la cuento con calma. Hoy quiero decirte que no hay nada malo con vos, simplemente tenés un cuerpo que funciona y está tratando de protegerte ante un estado de hambruna y estrés que está percibiendo. 

Si estás haciendo una dieta restrictiva, tu cerebro no lo sabe, solo sabe que hace falta comida, y por como funcionás vos a nivel neurobiológico (como funciona tu cerebro), genera episodios de descontrol al comer que pueden considerarse atracones si vienen acompañados de otras características como comer gran cantidad de comida, quedar muy lleno, comer a escondidas y terminar con gran malestar. 

Si este es tu caso te quiero decir que la restricción de comida ¡te está "matando"! es hora de darte la oportunidad de volver a comer normal y suficiente. Empezá por botar esa dieta que estás siguiendo a la basura y si te la sabés de memoria que quede en tu mente como los recuerdos de tu exnovio tóxico de hace años, allá atrás, con la aceptación que no era lo que necesitabas para tu vida y que cuando querés volver a él activás todos los comités de ayuda para que te recuerden por qué lo dejaste. ¡Por favor que así sea con la dieta!

Ese permiso incondicional de comer va a ir regulando tu apetito, tu impulso por comer y poco a poco vas a ir viendo que los atracones disminuyen y desaparecen. Hacé de 4 a 5 tiempos de comida e incluí de todos los grupos de alimentos. Dejá de medir, pesar y contar comida y escondé la báscula por ahora. 

Hay mucho trabajito que hacer si los atracones están presentes, pero podés empezar por ahí. Sé que da miedo, genera incertidumbre pensar en qué va a pasar con tu cuerpo si soltás la restricción, pero analizá qué te está robando esta dinámica actual que tenés con la comida y date permiso de probar un camino diferente. Aún con miedo, aún con incertidumbre, intentalo. ¡Vale la pena!